jueves, 20 de diciembre de 2012

I. TONINA


Para llegar a la zona arqueológica de tonina tuvimos que llegar a un pueblo llamado Ocosingo atravesando la verde sierra chiapaneca desde San Cristóbal de las Casas. Este pueblo que existe desde el año primero de nuestra era ha sufrido tres modificaciones religiosas impuestas por la fuerza, pero curiosamente eso nunca ha modificado el ambiente amable y familiar de los pueblerinos.

La zona había fue recuperada por el ejército mexicano en 1994 dentro de una sangrienta batalla entre separatistas y el imperialismo capitalista de Carlos salinas de Gortari, por lo tanto había un gran zona militar dentro del cálido pueblo. De tal manera que para entrar en la zona ex rebelde abordamos las típicas camionetas del pueblo y nos encaminamos en una terracería.

El lugar es muy grande y solo una pequeña parte esta desenterrada y con acceso al público, existe en este lugar una pirámide más grande que la del sol en Teotihuacán y una tumba con sarcófago pero en ese momento aun estaba en proceso de restauración siendo inaccesible para los turistas. La zona accesible se reducía a un gran complejo piramidal lleno de escalinatas y túneles que se extendía por una montaña alcanzando una cúspide con visión increíble.

Desde que tengo memoria he tenido problemas de aerofobia, de niño recorrí muchos centros ceremoniales prehispánicos y nunca subía a lo alto de las pirámides, simplemente me resultaba imposible. Aquel día deje de lado todas esas incapacidades pueriles, decidí enfrentar mi miedo y penosamente con todo el tiempo del mundo subí hasta lo alto. En ese momento me di cuenta que el miedo era resultado de la inconsciencia. 

Aquel día no solo me sentí liberado, sino que tuve una inexplicable visión en lo alto de aquella pirámide.
Tropas acorazadas asediaban la ciudad con sus cañones, el fuego se extendía por todo el bosque y los campos de cultivo eran incinerados. Los soldados españoles destruían los ídolos y quemaban vivos a los sacerdotes y nobles. Los enloquecidos monjes invasores quemaban todos los papiros indígenas al considerarlos incomprensibles y una manifestación del demonio.

Toda información referente a la cultura antigua fue destruida salvajemente, el ecosistema también fue dañado para esclavizar a los indígenas más desprotegidos y orientarlos a su sistema de organización. Trajeron entonces sus nuevos ídolos y los maquillaron para que ocuparan el lugar de los antiguos dioses, pero nadie les llevaba ofrendas ni les rendía culto. Estos dioses no podían ofrecer la espiritualidad que sus viejos dioses les daban y que por eso adoraban.

Algunos sacerdotes se habían refugiado en la sierra escondiéndose de la invasión española y organizaban en secreto sus danzas y rituales religiosos para que los pueblerinos pudieran asistir en lugar escondido lejos del yugo español. La campaña militar se había movido hacia el sur y los pobres intentos de los caciques habían resultado inútiles para acabar con el culto. Buscaban cualquier establecimiento en la sierra y lo eliminaban, algunas veces acertaban y mataban a uno que otro sacerdote pero siempre salía uno a suplir su lugar.

La iglesia evangelizadora del lugar comenzó a irritarse por el culto y sus alaridos llegaron hasta el vaticano, el cual estaba muy interesado en cómo combatir el culto prehispánico y someter espiritualmente a los indígenas. De tal manera que enviaron una orden especializada para investigar la raíz de su religión y erradicarla.
Este grupo de monjes llego a Ocosingo y se mesclo con los indígenas, la estrategia de la orden había resultado eficaz en toda Europa durante la expansión romana. Eran espías asesinos disfrazados de maestros y bien hechores, cuales ayudaban a mejorar las condiciones de los indígenas causadas por el ejército invasor. Educaban a la gente, les enseñaban la nueva lengua, mejoraban las condiciones urbanas, se ganaban la confianza de los indígenas y se casaban con sus hijas. Aprendían la lengua y desentrañaban los secretos de su cultura negada a los invasores por una fuerte suma de dinero con la cual podían regresar a su mundo.

Muchos de estos grupos no volvían y se unían a los indios, lo que causo serios conflictos dentro de las órdenes religiosas que desembocaron en guerras encubiertas y purgas en el vaticano. Durante este periodo muchos monjes fueron llevados a los calabozos de España y torturados para obtener la verdad.
Esto fue lo que paso en Ocosingo, la iglesia termino descubriendo el secreto de su culto. Los hombres más sabios y ancianos fueron borrados del mapa durante una fría y lluviosa noche. Las plantas sagradas fueron erradicadas de todo el perímetro sin importar los incendios forestales causados por esta maniobra de control. Al año siguiente la gente indígena comenzó a asistir a los templos católicos para suplir su falta de guía, con el tiempo los viejos conocimientos fueron olvidados y los nuevos ídolos fueron adorados igual que los viejos.

Esta visualización llego a mi mente corriendo como una caricatura de colores pasteles detrás de mis ojos. Mi educación lógica y basada en hechos científicos me hacía pensar que no fue más que una alucinación de mi imaginación, aunque era divertido tener su propio canal de televisión me quedaba la incógnita filosófica de cuál era el verdadero origen de este tipo de visiones.

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