viernes, 29 de junio de 2012

El Mexico Cyberpunk

Es posible ver a México desde una perspectiva de la ya quizás pasada de moda cultura ciberpunk, desde ese negro y desalmado futuro hipotético en el que las corporaciones son más poderosas que los gobiernos, y los implantes tecnológicos es el giro que mueve a la economía totalmente regida por un sistema computacional que administra la compleja e inentendible red de información.
Esa cultura que se hizo famosa en el cine negro de los ochentas, pero creada por un radical en la ciencia ficción William Gibson en 1983, que con sus novelas nos mostro una visión filosófica del mal uso de la tecnología o en su defecto las posibles consecuencias.
Pensar en implantes en el cuerpo de una persona es fácil de entender. Si el concepto se ve desde el hecho que dichos implantes no necesariamente tuvieran que ser biológicos ni mucho menos formar parte directa del cuerpo, entonces eso nos llevaría a que los teléfonos celulares pueden ser considerados como un implante tecnológico a nuestro sistema periférico y que aumenta nuestras habilidades cognitivas.


Indudablemente forma parte de nosotros ya que en todo momento lo tenemos disponible, dada la complejidad de la sociedad y su necesidad de adaptación. Curiosamente es uno de las principales motores económicos del país, es difícil compre nder que ese implante de nuestro cuerpo solo pudiera ser usable a través de una compañía privada, el espacio telefónico de la compañía monopólica se vuelve el rio de sentimientos de toda una nación.
Continuando en nuestras analogías con el género literario, pensar que nuestra sociedad teledirigida está siendo diseñada como consumidora bajo una empresa que maneja el medio de comunicación televisivo de todo un país, y que impone presidentes, asesina periodistas, y monopoliza la verdad con todo un paquete mediático a toda esta masa demográfica.
Esa es la realidad de México sometido bajo el imperio capitalista de estados unidos, que planea mantener al país bajo una política de no crecimiento y explotación de los recursos naturales para poder seguir llevando sus conquistas económicas.
La televisora es irónica de sacar un programa aludiendo a la novela de George Orwell llamada Big Brother, a sabiendas de que ellos le dictan a la sociedad que hacer y cómo vivir. A un costo exagerado que se vuelve la ultima alegría del día después de una jornada de trabajo para millones de personas, destruyendo así su capacidad creativa y de desarrollarse como personas. En la novela de Orwell el plantea a una sociedad ultra autoritaria en el que la gente a cada ciertas horas quiera o no recibe información de su líder a través de cualquier medio de información masivo. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.


El sistema capitalista esta tan fuera de control que ha comenzado un desenfrenado deboramiento de recursos para mantener la guerra económica, los recursos naturales de nuestro país están siendo alcanzados por esta máquina que no se sabe a dónde va. Solo basta con ir a las comunidades alejadas de las ciudades, donde los indígenas están siendo masacrados ya que son los únicos que se atreven a defender la verdadera belleza de México, las televisoras solapan la venta de cerros, bosques y tantas cosas que somos incapaces de enterarnos dentro del sistema impuesto que nos distrae y mantiene ocupados en lo que ellos quieren.

Comparando la novela de Gibson con la realidad, no cabe duda de que el futuro ya nos alcanzo, solo falta reconocerlo de la forma que es. La televisora es la empresa que domina a la población por encima del gobierno, los héroes no reconocidos de dicho mundo son los periodistas que están siendo asesinados por mostrar la verdad, las computadoras y celulares son nuestros implantes que dentro de poco se apoderaran de nuestra propia voluntad, el monopolio del narco y tantas y tantas situaciones con fines macroeconómicos. Y si esto aun no es suficiente, solo basta con visitar la ciudad de México y manejar en ella en automóvil para darte cuenta de la situación tan compleja que está creando el mal uso de la tecnología motriz y el contaminado ambiente que genera.
Estamos viviendo esa realidad que muchos escritores del primer mundo imaginaron para sus patrias hace décadas, pero en un país tercermundista que nunca ha tenido ese tipo de visión a futuro, ya que el medio cultural y la educación están siendo reguladas para continuar con la explotación, sin importar el precio social, ya que las elites pueden irse con su dinero en el momento en que ellos lo quieran y no fraternalizan con su pueblo.
Lo más asombroso de esta situación es la apatía de la gente, la sociedad ya no cree en nada y solo trata de sobrevivir en este medio hostil que consideran normal. La gente está muerta, sepultada bajo kilos de billetes, tornillos, transistores, antenas, combustible y demás. Cualquiera vende su vida al mejor postor a cambio de no complicarse la vida y desdeña cooperar con su prójimo para mejorar las condiciones generales.
Me pregunto qué haría mi paisano José Guadalupe posada ante la situación actual del país, que tanto crítico a una población que él consideraba muerta y su culto por la modernidad. El sector artístico debe escuchar esta situación y retroalimentar a la sociedad, deben ser los motores de la conciencia social para perfeccionarla y salir de esta compleja crisis, desarrollando la contracultura tecnológica en México.
Las máximas consecuencias del imperialismo tecnológico es la pérdida de identidad y raíces, la instauración completa de una nueva forma de vivir y concebir la felicidad, una imposición social que solo implica un nuevo sistema de control cibernético. El sumergirnos en un obscurantismo informativo, en donde internet regulara la verdad y será el centro de atención de todo. El desconectarnos de nuestra genética, conocimientos ancestrales y toda esa magia de esta tierra maravillosa, poco a poco siendo encerrados bajo comportamientos robotizados.
La situación actual esta impuesta y posiblemente no pueda haber una independencia tecnológica directa de golpe, dada la incapacidad de organización y que ese medio precisamente es el que está bajo control, se necesitan medios de comunicación masivos alternativos para llevar a cabo un cambio y la cooperación individual de la población. La masa de ingenieros mexicanos tiene mucho que hacer para llevar a cabo la recuperación de la autonomía de nuestros nuevos implantes, desarrollando tecnología para el pueblo y entregar menos de su capacidad a corporaciones extranjeras.
Es imperativo analizar la situación, darse cuenta de lo que está mal, y proponer soluciones. Que generalmente vendrán del trabajo social, la educación y producción artística. Para comenzar a contrarrestar la balanza que esta inclinada hacia la manipulación y diseño de masas.
No cometamos el error de entregar sin defensas a nuestros hijos a este nuevo y frio mundo, sin pensar en los problemas que aquejen a las generaciones futuras, es responsabilidad moral y espiritual el cooperar con los sectores más desprotegidos de México y fortalecer las raíces de la mexicanidad.

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