Tomamos la carretera rumbo a Guatemala, es una zona muy
abandonada y remota alejada de lo que nuestra sociedad entiende por
civilización. En un cruce de dicha carretera se encuentra la desviación, para
llegar a la zona arqueológica se tiene que recorrer un grosero camino de tierra
en medio de la selva hasta las pirámides. Así lo hicimos decididos a conocer
este misterioso lugar que por mucho tiempo solo podía ser accedido por avioneta.
Bonampak es un lugar mágico y misterioso, se distingue una
gran plaza de pasto con una estela en su centro. Una serie de templos que suben
por una montaña con una fachada bastante característica de esa región maya. En
su interior se pueden apreciar antiquísimos murales coloridos en sus paredes,
un estilo de arte bastante conceptual y de definición fractal muy compleja, sus
figuras se centran en los patrones y usan el color para generar otra dimensión
de definición. Es curioso que este tipo de arte se asemeje al de los tibetanos
y los antiguos egipcios, mostrando una correlación entre el avance de la
cultura relacionada con estados alterados de consciencia. Desde mi perspectiva,
el surrealismo, el cubismo y el expresionismo se debieron haber inventado hace miles
de años atrás, la cultura occidental nos miente y nosotros seguimos creyéndolo.
Había decidido explorar el uso del floripondio, una planta
endiablada que era popular en la cultura mexicana por elaborarse a partir de
ella un brebaje llamado toloache. De esta flor poco se sabía, e inclusive la
información en internet solo se reducía a malas experiencias. Más sin embargo
esta flor seguía siendo utilizada por shamanes peruanos y fue utilizada en México
antiguo para rituales religiosos.
Había tomado una poción preparada con anterioridad a partir
de 5 flores de esta planta, lo cual era más que suficiente. A diferencia de los
otros alucinógenos esta planta es toxica y la dosis activa está muy cerca de la
dosis letal por lo que se debe de ser muy cauto para no envenenarse o perder el
control del cuerpo durante el viaje, según los shamanes el espíritu de la
planta se comportaba como un espejo de nuestro propio karma, tratando mal e
inclusive matando a todos aquellos seres de corazón negro o espíritu putrefacto.
Estuve sentado
durante casi una hora en las escalinatas del templo meditando y escuchando a
los animales de la jungla. Los pájaros se coordinaban de tal manera que construían
una melodía impredecible en su conjunto, otros animales también se unían al
entretenimiento. Este era un fenómeno que alcanzaba su clímax durante la
madrugada, momento en que la selva adquiría una vida musical en la total obscuridad.
De momento la vista se torno nublada y todo el paisaje comenzó
a oscilar, el viento movía la luz reflejada y el sol fue eclipsado. La estela
ubicada en el centro de la plaza comenzó a elevarse arrancándose de la tierra y
revelando unas escaleras que bajaban hacia el subsuelo. Me levante de las
escalinatas, apenas podía moverme pero pude llegar hasta allí y comencé a descender
hacia el inframundo.
Se trataban de unas grutas transparentes muy peculiares sus
contornos eran angulados y filosos, podían observarse los túneles a distancia
sobre los cuales vagaban espíritus sin ningún destino aparente. Todo era lento,
denso y pesado. Podían percibirse contornos eléctricos que deslumbraban la
cueva de vez en cuando.
Súbitamente un ser apareció ante mí, tenia cabeza de ciervo
y en sus manos cargaba una balanza y una espada. Sus ojos escupían fuego y sus vestiduras estaban
construidas con cráneos y huesos de
distintos tipos de criaturas. Sus cuernos se extendían a gran altura formando
un árbol seco con ellos. El brillo de sus ojos comenzó a formar figuras cada
vez mas grandes hasta que su potencia permitió una gran proyección de lo que
trataba de decirme.
Aquel lugar era el mundo de los muertos, una dimensión que
no estaba conectada con el universo más bien era un espacio tiempo generado por
la incomprensión humana del cosmos y sus almas renegadas a formar un solo espíritu,
en este lugar las consciencias perdidas deambulaban esperando su reencarnación.
No existía materia ni forma de comunicación entre espíritus, estaban solos en
el vacio esperando por un tiempo durante el cual experimentaban los recuerdos
de su vida pasada hasta el hastió. El karma generado de los individuos los
atormentaba hasta que el dolor experimentado en su vida pasada desaparecía y
renovaban su alma para vivir de nuevo la experiencia de la vida bajo una nueva dirección,
lo aprendido en el Xibalba se quedaba guardado en lo más profundo del
inconsciente humano y es uno de los factores que determinan el grado de
consciencia en su futura vida.
El espíritu me explico que el universo en el que vivimos esta
interconectado desde la mas mínima partícula hasta la más grande constelación,
todo lo que no podíamos percibir directamente formaba parte de un patrón
recursivo de la consciencia, lo que es arriba es abajo.
Lo que nuestra ignorancia actual nos hacia entender como
dios se trataba en realidad de un concepto que lo unificaba todo, unas leyes matemáticas
que reguilan el comportamiento de todas las vibraciones dimensionales y que el
estar en armonía con ellas permitían la continua expansión de la realidad. Esta
energía unificadora era la consciencia que se manifestaba en diferentes niveles
de acuerdo a la iteración fractal sobre la cual nos tocaba percibir la
realidad.
El estar en sintonía con la consciencia total nos hacia
evolucionar a un estado estable sobre el cual nuestra dimensión percibida ya no
podía ser destruida y nos convertíamos en seres creadores. El estar fuera de
esta consciencia mantenía las posibilidades de que nuestro concepto de
existencia fuera aislado de esta conexión. Esto podía pasar si todos los seres
humanos muriesen, en tal caso la reencarnación sería imposible y nuestras consciencias
quedarían aisladas en el vacío. La humanidad se encuentra entonces en un estado
inestable en el cual fungimos como destructores, solo pocos se preocupaban por
crear y entienden el verdadero significado de que todo lo percibido es una
cosa, se liberan de la ilusión ignorante de aislamiento.
La visión materialista actual de
la humanidad nos imposibilita ver la interconexión del cosmos, esta relación es
entendida por la consciencia al ser percibida por nuestros sentidos mas desarrollados,
el tercer ojo y el corazón. Nuestra consciencia se ofusca al darle prioridad al
sentido de la vista y entonces la realidad se vuelve una ilusión, nuestra
consciencia queda atrapada en niveles vibracionales inferiores.
El cuerpo humano cuenta con siete
sentidos los cuales le permiten percibir los niveles vibracionales de la
realidad en un orden diferente, esta relación tiene una imagen conceptual en
nuestra mente que nos permite interpretar el efecto del elemento en nuestro
cuerpo. Estos sentidos tienen una relación con los chacras de nuestro cuerpo y
su respectiva glandula.
El gusto el cual nos permite
palpar la composición química, el olfato nos permite sentir la relación biológica
del medio, el tacto nos permite sentir el flujo de electrones en forma de calor
y su estructura material, el oído nos permite entender las vibraciones mecánicas,
los ojos nos permiten captar la luz, el tercer ojo nos permite captar
vibraciones cuánticas y el corazón los sentimientos que son las vibraciones más
sublimes y de más alto nivel de comprensión.
Seres más evolucionados que
nosotros son capaces de tener 13 sentidos y percibir otras dimensiones de
nuestro cosmos, si relacionamos los cromosomas del ADN y las proporciones del
cuerpo humano con la teoría de la flor de la vida llegaremos a la conclusión que
el ser humano es un elemento disarmonico al no completar todavía la proporción Pi
dentro del fruto de la vida. Este conocimiento masónico solo es perceptible por
nuestro corazón. Sabemos que el ser humano se está alejándose del amor, se
aleja de la energía creadora y se encierra cada vez más en un mundo materialista
y de sentimientos limitados o en su mayoría negativos, este es el verdadero
problema de la humanidad causante de guerras y discordia entre los hombres.
Esta visión geométrica conceptual
de la realidad puede traducirse a un ente físico tan colosal como el universo
mismo. La ciencia algún día llegara a descubrir que el cosmos no es otra cosa más
que un infinito fractal matemático energético recursivo. No existe ser creador
ni partícula mas pequeña ya que todo se rigüe por una sucesiva creación dimensional
en la cual cada una contiene los elementos de la dimensión padre con el fin último
de que la energía siga creciendo con un orden dentro del caos. La consciencia dimensional
entonces toma lugar desde el punto de sincronía en el cual el fractal toma su
forma original bajo ciertas fluctuaciones personalizadas.
Con tal idea es posible que veamos a lo gigantesco como
minúsculo también, los patrones que vemos en el cosmos deberían ser también
patrones en la tierra, el universo puede ser ilimitado en escala. Todas estas
escalas deben ser patrones fractales recursivos de consciencia representados
bajo una personalidad aleatoria que la define como una dimensión nueva y única.
El ejemplo más claro de esto es la naturaleza. Las plantas y
árboles que no poseen un cerebro tal como lo conocemos, sin capacidad de raciocinio
lógico, limitadas a la espontanea evolución. Estos seres conscientes que
creemos inferiores son capaces de diseñar estructuras fractales con identidad por
especie y no solo eso, algunas son capaces de reproducirlas en nuestra
consciencia individual a través de sus químicos. Nuestro ego nos impide ver la
perfecta simbiosis del humano con las plantas, el hecho es que estos organismos
nos han estado moldeando desde épocas primitivas y ahora nosotros los sustituimos
por comida chatarra.
Las plantas tienen una consciencia superior despersonalizada
que no está regida por elemento sino por especie, cada una de estas especies es
una consciencia que en su conjunto forman la consciencia vital de la tierra.
Este patrón de consciencia se reproduce en los planetas y las estrellas solo
que son de una magnitud diferente a la nuestra, mas sin embargo somos capaces
de sentirla por medio de la gravedad. Un ser civilizado puede entender que los
otros seres humanos tienen consciencia sin saber exactamente qué es lo que
percibe el prójimo, entre mas civilizados seamos seremos capaces de entender la
consciencia de diferentes individuos ajenos a nuestra naturaleza.
El estudio de los fractales matemáticos nos puede dar una
visión muy clara de algunas funciones complejas que son recursivas en
diferentes elementos de la naturaleza. Esto podría sugerir fácilmente una
matriz conceptual recreada por un elemento de una matriz conceptual superior,
dicha sumatoria infinita de fractales nos acercaría infinitesimalmente a la
función creadora, un fractal de incontables dimensiones cada una conteniendo a
los mismos patrones conceptuales de consciencia.
Para entender el fractal matemático sobre el cual se desenrolla
el cosmos es necesario comprender a la de la flor de la vida, un conocimiento
ancestral sobre la distribución conceptual geométrica. La flor de la vida se
encuentra en lo conocimientos populares desde hace mucho tiempo, se presenta en
la mitosis celular, se presenta en el crecimiento de las plantas. Es un patrón
geométrico que podría repetirse dentro de cada uno de sus puntos
indefinidamente. Si pudiéramos colorear cada uno de los infinitos pétalos que
se generaran a partir de este desdoblamiento de seguro podríamos construir una
realidad fractal caótica generada a partir del patrón inicial de la flor de la
vida.
Este poderoso fractal tiene la capacidad de recrear a todos
los otros fractales dentro de este patrón. Si recreamos otra flor dentro de
cada uno de los triángulos vacios de la flor original se recrea indefinidamente
un patrón capas de recrear a todos los otros fractales estudiados con
anterioridad. Tengo la certeza que con este patrón puede generarse un nuevo
sistema de axiomas matemáticos que puedan aproximar por medio del calculo infinitesimal
a cualquier función existente.
Si gráficamente tomamos cualquier función y la dividimos en
partes iguales de acuerdo a una estructura fractal obtendremos formas reducidas,
si continuamos con este proceso un cierto número de veces obtendremos partículas
muy pequeñas las cuales pueden ser moldeadas dentro de los pétalos de la flor
de la vida. La sumatoria fractal de estos patrones nos daría como resultado la función
original mostrándola en una escala superior.
Esto puedo aplicarse a cualquier objeto en la realidad, un
muro de piedra es sólido para nuestros sentidos pero para nuestra consciencia está
formado de elementos químicos distanciados por vacio entre sí formando un único
objeto. Si aplicamos el proceso de descomposición fractal a este elemento
llegaremos a la conclusión que sus vibraciones cuánticas están regidas por el patrón
de la flor de la vida a una escala perceptible por nosotros. Lo mismo sucede
con las funciones matemáticas si pensamos en un nuevo modelo en el cual la recreación
de un fractal inferior con uno superior sea una línea continua por definición.
Lo interesante de esta teoría es que no solo se aplica para
crear formas materiales, sino que también tiene una correlación conceptual con
nuestra geometría del pensamiento. Los mayas lo representaron como el tzolkin
el cual relacionaba los eventos astrológicos dentro de este mismo marco matemático.
Esto podría sugerir que todo el cosmos trabaja bajo la misma
ecuación matemática a un nivel geométrico energético desconocido hasta entonces
por la ciencia moderna. Una forma de representar un patrón conceptual son las
estrellas, si no pudiéramos ver los astros nuestra consciencia estaría
severamente limitada y creeríamos que este es el único mundo que existe pero el
ser capaz de verlas nos expande la consciencia y nos invita a comprobarlo.
Todos y cada uno de estos puntos estelares podrían
convertirse entonces en otras fuentes energéticas similares al sol y desdoblar
el fractal de los simples puntos a un universo de planetas invisibles en el
cosmos, de igual manera para lo que nosotros es el átomo podría significar un
patrón creador similar a la configuración puntual de las estrellas cual nos
llevara a una dimensión interna de una escala miniaturizada pero de misma
complejidad que todo el universo palpable. Esto implicaría que cada vez que se
desintegra un átomo la energía obtenida sea la succión masiva atraída violentamente
a esta dimensión, una analogía de lo que podría hacer un agujero negro con
nuestro planeta.
Ver al mundo desde esta perspectiva me hace redefinir lo que
nuestra cultura actual conoce como zatanas. Desde esta perspectiva geométrica y
de intercambio energético subdimencional, el rompimiento del equilibrio seria
atentar contra la eterna creación. Seria impedir a las vibraciones cuánticas
alcanzar las dimensiones interiores de la consciencia. En términos matemáticos
seria romper la geometría fractal, el resultado de esta acción es el vacio ya
que ningún fractal recreado espacialmente podría eliminar a su padre porque la energía
fluye en esa dirección, simplemente desaparece por romper el equilibrio.
Cada ser humano puede ser un dios o un creador, puede diseñar
su propio mundo interno y compartirlo con el entorno, generando lo que
conocemos como cultura. La destrucción de la humanidad implicaría que nuestro
universo cultural desaparezca, impidiendo así el curso de energía creadora.
Pues nuestra cultura genera otra realidad sobre la cual nosotros basamos
nuestro entretenimiento mental. También podría pensarse que una cultura
unificadora seria la mínima expresión de esta capacidad o en su defecto la imposición
de una realidad.
De esta manera se puede suponer la existencia de
consciencias a diferentes escalas dentro del cosmos, consciencias infinitas
contenidas dentro de la nuestra. Todas ellas a su vez contenida en una consciencia
cada vez superior, nosotros a la tierra, la tierra al sol y este a su vez con
la galaxia. El querer separarse de la consciencia colectiva puede generar una
inestabilidad geométrica que podría traducirse en pérdida de consciencia.
Dejar de tener miedo al cosmos implica comprender estos
fundamentos, el dejar de lado la alimentación natural y disminuir nuestra
exposición al sol a causa de nuestro ego, tiene como resultado la mutación
cancerígena, un daño que se transfiere a una dimensión inferior al ver su
estabilidad paterna corrompida.
Es posible que una consciencia humana más avanzada sea capaz
de reconocer este tipo de correlación en nuestra vida cotidiana. Esto podría
explicar cómo es que los antiguos egipcios alinearon sus pirámides con las constelaciones
del firmamento. Estos puntos de consciencia grabados en el cielo pueden estar
también grabados en la tierra como vórtices electromagnéticos, lo que haría
suponer que al detectarlos y construir los templos estos quedaran alineados con
el cosmos y actuaran como relojes gigantescos.
Esta misma representación conceptual se encuentra en la piel
de las personas, lo que conocemos como lunares forma una dimensión biológica relativa
con los conceptos astrológicos de dichas configuraciones estelares, eso
implicaría suponer que el efecto de ciertos vórtices energéticos terrestres
repercutan de alguna manera en el ADN de ciertos grupos de etnias. Esta relatividad nos hace conscientes de
alguna relación entre los humanos y el cosmos, lo que es arriba es abajo.
La realidad es un gran circuito cerrado entre nuestro
entorno y nuestros sentidos donde nuestra consciencia interpreta los resultados
y la realimenta. Todo cuando percibimos y pensamos está sujeto a nuestra condición
biológica por lo tanto la interacción eléctrica en nuestro cerebro está sujeta
a su estructura. Si nuestra propia corteza cerebral tiene un comportamiento
fractal entonces las relaciones sinápticas que se den en ella también deben
tener un comportamiento similar sobrepuesto sobre el estado físico de la corteza.
La consciencia debe seguir ciertos patrones colectivos de
tal manera que a niveles muy inferiores dicha regla se cumpla y nuestra
realidad no sea desbaratada en un parpadeo. Esta regla que rige nuestro cerebro
debe ser la misma que ordene las constelaciones y por lo tanto la dimensión
sobre la cual somos conscientes.
Después de dejar su mensaje el espíritu se hundió hasta
disolverse, como acto seguido se sintió un fuerte temblor y las vibraciones del
entorno comenzaron a aumentar violentamente. Salí por las escaleras regresando
de nuevo a las ruinas de Bonampak.
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